Esta semana me ha llegado a las manos un puñado de libros de
la editorial ÁRTEse quien pueda, gentileza de uno de sus editores, el poeta y exalumno Paco Najarro. El trabajo de
la editorial en los tiempos que corren es ímprobo. Ya te puedes imaginar,
querido lector, con la que está cayendo…
El primer libro que he leído ha sido El ciclo lunar de los paréntesis
de la poeta (ya no está de moda lo de poetisa) bonaerense Andrea Aguirre. Es un libro orgánico, un todo; no una suma de
poemas. El libro se divide en dos partes (“Cuarto
menguante” y “Cuarto creciente”)
y tiene en medio una parte vacía, sin poema alguno llamada “Luna hueca”. La metáfora surge de la
imagen visual de los paréntesis gráficos. La estructura bimembre viene dada por la
división del poemario en dos bloques: poemas de visión negativa, donde la falta de comunicación
arrastra al abismo (“Herida”, “Palabras muertas”, “Silencios” o “Quise”) y
que se cierra, significativamente, con el “Poema
desordenado”, donde la sintaxis se retuerce de tal manera que todo carece
de sentido, en clara metáfora del estado anímico del sujeto lírico; y, tras el
paréntesis hueco de la parte central, la segunda parte, “Cuarto creciente”, que se abre, también significativamente, con el poema
“Metamorfosis”, en el que se intuye
un cambio. Los primeros poemas de esta parte cierran con expresiones que sitúan
al yo que habla desde la sima (“desde
abajo”, “bajo la tierra” o “siempre estuvo muerta”). La poeta se
encara, en una suerte de exorcismo, con
el origen de su dolor y le hace frente (Cada
día te olvido / más rápido. / ¡Maldita sea! / Me quedaban tantas razones / para
odiarte…). En otros poemas posteriores, aparece la búsqueda de la esperanza
(Estás en alguna parte / esperando
divisarme) y la fe en que, como el ángel alicortado de Alberti, la crisis se superará. Así lo explicita el poema “Apostasía”: Me traicioné una vez. / Me he perdonado; / y es ahora / cuando empiezo
a superar / todas las traiciones.
En fin, un poemario muy coherente, con algunos versos
memorables, prácticamente casi todos desnudos de rima y con tendencia al poema
corto de verso corto (“sintagmático” podríamos llamarlo). Incluso hay una
parte, titulada “Instantáneas”, que
se compone de tres haikus. Lectura muy recomendable.
Bestiales los primeros versos que citas.
ResponderEliminarNo habría haber podido poner esas palabras a esa sensación que todos hemos sentido alguna vez de desengaño y a la vez de recuerdo como si fuera un bucle del que no se puede salir.
Gracias por el descubrimiento.
Si te han gustado sus poemas, puedes comprar el libro on-line en la página de la editorial. Tienes el enlace en mi comentario de más arriba; pincha en ÁRTEse quien pueda y ya está. Han publicado varios más y como sé que te encanta la poesía, pues a lo mejor te interesa.
EliminarSaludos.