domingo, 11 de noviembre de 2012

Adivina, adivinanza (VI)


Mi mujer no está en casa, tiene turno de tarde esta semana en el trabajo. Los niños juegan arriba en su cuarto. Yo estoy tirado en el sofá, frente al televisor encendido. Tengo los ojos abiertos, la mirada perdida, las manos crispadas. Y un único pensamiento, sólido, grave, definitivo como una bala en la recámara de un revólver, me obsesiona: ¿qué dirán los niños cuando bajen y me encuentren aquí tirado, muerto?
                                                                                   Pep Bruno, 101 pulgas




Cuando leí este microrrelato me vino a la mente una película (ya comentada en este blog, por cierto). Aunque su final no es idéntico, sí hay muchas "imágenes" en este relato que llevan a dicha película. ¿Sabrías decir cuál?

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