viernes, 16 de diciembre de 2011

Filmoppk (V). Misterioso asesinato en Manhattan

Tras la sonadísima separación de su segunda musa (la anterior fue Diane Keaton), Mia Farrow, el director neoyorquino entra en una fase de su obra que podríamos calificar de gloriosa. En pleno estado de gracia, enlaza una obra maestra tras otra: Maridos y mujeres (1992), Misterioso asesinato en Manhattan (1993) y Balas sobre Broadway (1994).
En este caso se trata de una obra fuera de género, o mejor dicho, un híbrido: una comedia con tintes de thriller. ¿Se puede ser más genial? ¿Cómo es posible mezclar dos géneros tan antagónicos? Pues véanla aquellos que todavía no lo hayan hecho. La película está llena de guiños a sus ídolos. Sin ir más lejos, el planteamiento de la película recuerda muchísmo a La ventana indiscreta de Hitchcock: un personaje sin muchas ocupaciones (Woody Allen) cree que su vecino es un asesino que ha matado a su esposa. A partir de aquí, arrastra a su pareja y a un amigo y a todo el que quiere oírle en una vorágine hasta que al final...

Otro de los guiños de la película es un homenaje, más que evidente, a La dama de Shangai de Orson Welles, con ese juego de espejos donde la relidad  se muestra de una forma poliédrica, metáfora del argumento de la película, donde no todo es lo que parece.

En  cuanto a las frases o escenas memorables (muchas, muchísimas), mi favorita es aquella en la que unos cuantos personajes con unos magnetófonos y unas cintas grababas intentan poner nervioso al supuesto asesino, hasta que las cintas saltan a destiempo y se produce uno de los momentos de la película.

Tras la comentada separación de su primera musa (protagonista de su película anterior), Woody Allen recupera a su anterior musa, Diane Keaton, a los que acompaña un genial Alan Alda.

La recomiendo encarecidamente: ágil, ingeniosa, divertida. Una obra maestra del cine contemporáneo.


PD)La próxima será American beauty de Sam Mendes.

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